Monasterio de Leyre: la cripta
Como ya se ha comentado en la descripción del monasterio, la cripta se realizó para poder salvar el desnivel del terreno al construir la cabecera de la iglesia que sustituyo a la primitiva iglesia mozárabe. Se accede a ella por una puerta abocinada con tres arquivoltas de arcos de medio punto, sin adorno alguno, apoyadas en pies rectos, todo ello de gran simplicidad.
La cripta tiene planta cuadrada con tres ábsides en la cabecera, el central mas pronunciado que los laterales y todos cubiertos por una bóveda de horno, y cuatro naves iguales, cubiertas con bóvedas de cañón, sustentadas por arcos fajones y formeros que descansan en pilares de tipo cruciforme, que coinciden con los de las naves de la iglesia superior. La nave central se dividió en dos con una hilera de columnas con el objetivo de reforzar sus cimientos para soportar la iglesia superior, por lo que se abrieron dos ventanas en este ábside, lo que hace que la cripta tenga cuatro ventanas, de arco de medio punto de derrame interno y sin decoración. Los pilares se sustentan a su vez en columnas de fustes muy pequeños, apenas una piedras talladas, que se hunden en el actual pavimento a diferentes alturas, adornándose con grandes capiteles de tosca elaboración y escaso adorno geométrico o vegetal. Sorprende el gran tamaño de todos ellos y parece que están en relación según algunos autores con escuelas del otro lado de los Pirineos con quien el reino navarro tenía intensa relación tanto desde el punto de vista político como por la cercanía del camino de Santiago, frecuentado por peregrinos de origen francés desde el siglo X.
En los pies de la cripta un pasadizo abovedado con cañón que comunicaba con el otro lado del monasterio, donde hoy se encuentra el monasterio nuevo, edificado en el lado sur. Al fondo de este pasadizo encontramos una escultura de San Virila a cuya leyenda hemos prestado atención en la descripción del monasterio.