Situación
Guimerá. Lleida
España
Horario de Visitas
Ruinas
Propietario
Diputació de Lleida
Estado de Conservación
Ruinas
Obras
Comunidad religiosa
No
Culto
No
Restricciones Visitas
Pagina Web
No
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Alrededores
Monasterio de la Bovera
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Monasterio de Santa María de Vallsanta
Situadas a dos kilómetros al oeste de Guimerá, las ruinas de este monasterio femenino catalán, recientemente objeto de estudio arqueológico y consolidación por parte del ayuntamiento de Guimerá y de la Dirección General de Patrimoni Cultural de la Generalitat y la Diputació de Lleida.
A finales de 1235, se comienza a erigir el monasterio y el 7 de marzo de 1237, el papa Gregorio IX envía un escrito al abad de Cister solicitando el envío de religiosas de Santa María de la Bovera al monasterio de Vallsanta, a fin de implantar la regla de San Benito y la observancia cisterciense. La mejor situación de este monasterio, en cuanto a comunicaciones y acceso al agua, gracias al río Corb, en cuyo valle se sitúa, hace que se produzca un trasvase progresivo de monjas de la Bovera. De esta manera en 1246 dejaba de existir la comunidad de la Bovera, pasando el resto de sus monjas a la comunidad de Vallsanta.
En esta fecha de 1246 el monasterio tenía una comunidad de 23 religiosas, a la cabeza de ellas una abadesa, Agnes de Guimerá, una priora, una enfermera, una preceptora una chambre y una cantora. Ademas tenía propiedades y un esplendor económico que duraría hasta finales de siglo XIV, con la excepción de la epidemia de peste negra de 1348, que afectó a la comunidad. Inicialmente las monjas de Vallsanta vivían en casas particulares y se reunían comunitariamente en la iglesia, que ya existía a finales del siglo XIII. El año 1272 el rey Jaume I dona 200 maravedíes de oro para la construcción del claustro de Vallsanta, aunque en la actualidad no tenemos constancia documental ni arqueológica que permita afirmar la existencia de esta estructura.
Los restos actuales del monasterio, corresponden con el segundo templo construido en estilo gótico, aproximadamente entre 1345-1350, gracias a las donaciones de familias nobles como los Llorac, los Guimerá, Los Alemany, los Boixador y los Josa, lo que hará que durante el siglo XIV, se produzca una gran obra constructiva en el cenobio, incluyendo a partir de 1373 la construcción de un dormitorio común, gracias a la donación de Carla de Guimerá, que igualmente que el claustro no se ha podido documentar ni establecer en hallazgos arqueológicos, por lo que es dudoso que se construyera.
Entrado el siglo XV se realiza un inventario del monasterio, en el que se recoge la existencia de iglesia, cocina, porche, una sala con una escalera mayor, una cámara mayor y una recámara. En este inventario no se menciona ni claustro ni dormitorio, ni las casas particulares de las monjas. En documentos posteriores si aparece la existencia de una sala capitular aunque no se menciona su ubicación.
A partir del siglo XV comienza el declive del monasterio, que se agrava durante el siglo XVI, siendo constatado por Claude de Bronseval, visitador general del Cister, que el 9 de abril de 1532 llega a Vallsanta, pero no puede pernoctar en la hospedería del monasterio, debido a la escasez existente, lo que le obliga a pernoctar en Guimerá, dejando el cronista constancia de la pobreza del lugar.
En 1589 la comunidad de Vallsanta se reducía a tres monjas, sin abadesa. En este año visita el monasterio Francisco Oliver de Boteller, abad de Poblet, que viendo la situación de gran penuria de Vallsanta, va a ordenar la extinción y cierre del monasterio, con el traslado de las religiosas al vecino monasterio del Pedregal, dejando las propiedades a cargo de otro monje de Poblet para su cuidado
Finalmente las propiedades del monasterio son vendidas a Joan Gavaldà , con la condición de mantener la integridad de los edificio y el retablo de la iglesia, si bien el abandono termina por producir la ruina del monasterio.
Plano del monasterio de Vallsanta (obtenido de Bibliografía) |
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