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Monasterio de Santa María de la Oliva: la iglesia
La iglesia abacial de la Oliva representa el mas puro estilo cisterciense, de dimensiones grandiosas 74 m de larga por 37 metros del crucero y la mitad 18 metros y medio, la altura de la nave central. Estructura de basílica de tres naves, la central mas alta. La obra comenzó en estilo románico como atestiguan los dos primeros arcos del crucero y luego se incorporaron los arcos y bóvedas apuntadas. Se comienza a construir en 1164. Los arcos fajones se apoyan en columnas adosadas que continúan hasta la las grandes basas o zócalos donde terminan. Cada arista de la bóveda se apoya en un adorno baquetonado adosado a la columna que lo conduce hasta el zócalo del suelo. La cabecera esta formada por la capilla central y cuatro capillas laterales. La central contiene un amplio presbiterio plano que se cubre con una bóveda de cañón apuntado que solo podemos encontrar en esta zona, termina en un abside semicircular de cinco tramos con sus correspondientes ventanas abocinadas hacia el interior, adornadas por encima y por debajo por baquetones y con planchas de alabastro que permiten la iluminación del conjunto. Cierra este espacio por arriba una bóveda esférica, recorrida por cuatro nervios cuadrados y planos, que dan una gran sensación de solidez al conjunto. Contiene el ábside un gran arco plano y cuadrado sostenido por dos columnas adosadas semicilíndricas, que bajan hasta el suelo y en cuyo centro confluyen los cuatro nervios de la bóveda. Las cuatro capillas laterales son de similar construcción, tramo cuadrado con bóveda de crucería y en el fondo las ventanas tienen una forma peculiar formadas por dos huecos de cuarto de círculo divididos por un parteluz. Las capillas están dedicadas las de la derecha a los fundadores del Cister San Roberto y San Esteban en la primera y a San Bernardo la segunda. En el lado izquierdo San Benito y un conjunto con San Joaquin, Santa Ana y la Virgen niña.
Las naves laterales terminan en la fachada oeste, pero están cerradas por una reja, que también se extiende a la nave central a la altura del ultimo tramo, dejando por detrás una escalinata y en la nave de la epístola, se encuentra una tumba de difícil interpretación por lo erosionada que está y que según la tradición se destinó al rey Sancho VII, que finalmente fue enterrado en Roncesvalles. En el muro occidental de ambas naves, se abren dos rosetones de similar factura, compuestos por un rosetón polilobulado en el centro, de donde nacen 16 columnillas con capiteles de adornos geométricos y vegetales, que terminan en arcos de medio punto, que al cruzarse forman 16 arcos apuntados. Rodea el rosetón una moldura en bocel.
Toda la decoración de la iglesia se ajusta a la norma cisterciense, con gran sencillez que solo se pierde en el primer tramo junto a la salida, en la que encontramos capiteles con sirenas y figuras grotescas, el resto de la iglesia solo tiene adornos vegetales y bolas de factura muy sobria.
La portada occidental es la que tiene mas profusión de adornos y figuras. La portada está cerrada por la parte superior por un arco apuntado y compuesta por doce arquivoltas adornadas con molduras, que están enmarcadas por un adorno festoneado de flores en el interior, y con puntas de diamante la exterior, descansan en capiteles de contenido vegetal y se sostienen con seis columnas exentas y otras seis talladas en el muro. Las jambas de las dos puertas, tienen sendos capiteles en los que aparecen dos figuras de abades, mientras el parteluz esta adornado con un capitel, en el que hay una profusión de pequeñas cabezas humanas en actitud observante. El tímpano en forma de semicírculo, contiene en su parte superior un Agnus Dei que lleva un estandarte con la cruz, rodeado de una moldura circular y en el exterior un crismón con el alfa y omega y la S (principio, fin y salvador), en la parte superior un gallo representa la resurrección y una estrella de ocho puntas que representa la luz. En la parte inferior un dragón y un grifo alado, que representan el triunfo de Cristo descrito por el Apocalipsis. El sol y la luna situados por fuera de la moldura exterior, representación simbólica de la divinidad y la humanidad de cristo. En la parte inferior, a ambos lados del circulo encontramos el pantócrator rodeado del tetramorfos que representan a los cuatro evangelistas y una representación de la virgen con el niño en brazos y un personaje sentado a su izquierda de mucho menor tamaño que pudiera representar a San José.
En la parte mas alta de la portada, vemos un alero especialmente decorado, compuesto por 27 modillones, trece de ellos representan personajes con instrumentos musicales. Una representación de Cristo crucificado que extrañamente no se sitúa en el centro como correspondería, sino desplazado hacia la izquierda, y que lo representa coronado con una diadema bizantina y cuyos brazos son sujetados por ángeles. Podemos ver también caras humanas de cuya boca salen plantas de inspiración inglesa (Green-Man), una anunciación, dos figuras que parecen un fraile y una monja y una rueda de la fortuna.
Por ultimo en la parte superior del alero, encontramos un pasadizo al que se accede desde el extremo sur, donde una escalera interna recorre una excrecencia de la fachada, que permite acceder a el y recorrerlo y sobre el un arco apuntado de cañón corrido que en su día pudo cobijar un rosetón románico similar al de las naves laterales. El actual fue rehecho en 1536 bajo el abadiato de Martín de Rada II. La torre renacentista que culmina la fachada se construyo entre 1636 y 1640 siendo abad Ángel del Águila, junto con las torrecillas de los extremos.
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