Monasterio de Santa María de Escobar de Torquemada
Monasterio de la rama femenina, del que se tienen noticias pero carece de documentación al haberse perdido el archivo del monasterio. Algunos autores estiman la fecha de fundación en 1189, probablemente como filiación de las Huelgas de Valladolid, situándose en una fertil vega entre los ríos Pisuerga y sus dos afluentes, el Arlanza y el Arlanzón. lo que facilitó la subsistencia de la religiosas, localizándose en una lugar aislado que inicialmente favorecería el recogimiento y la clausura de la comunidad.
Durante esta etapa, se conocen algunos nombres de abadesas como, Catalina Martínez Bonilla, en 1437, Isabel Landa y Salinas y Ana Dávalos, ambas monjas procedentes de la Huelgas de Burgos. Durante el mandato de esta última se produjo el traslado de la comunidad a Palencia en 1592.
La situación del monasterio se hace insostenible a finales de 1591 por lo que se decide el traslado, iniciándose las gestiones `para la adquisición de un nuevo convento. Para ello se recurre al cabildo de la catedral de Palencia, que establecerá un requisito para el traslado, que la hacienda y las rentas que poseían las religiosas fueran suficientes para sus auto abastecimiento y que este no cayera a costa de los diezmos del Cabildo capitular.
La comunidad adquiere unas casas habitadas por las Carmelitas Descalzas cercana al templo de San Antolín. Si bien este nuevo emplazamiento no era en absoluto un lugar cómodo ni en buen estado, la situación del antiguo convento de Torquemada bebía de ser mucho peor para que la comunidad decidiera el traslado. Se firma el contrato de compraventa estipulando que las Bernardas han de abonar cada año "treinta y siete mil quinientos maravedíses" hasta que rediman la deuda contraída de dos mil ducados.
El traslado sufre retrasos debido a la exigencia del Cabildo en que las monjas hicieran escritura entregándoles los diezmos y posesiones, rentas y hacienda que tuviesen y no beneficiarse de funeral alguno, lo que se comunica al obispo D. Fernando Miguel de Prado decidiendo retrasar el traslado bajo pena de excomunión, hasta que se cumplan sus condiciones.
Por fin en la noche del 23 de enero de 1592, las monjas se trasladan a Palencia, con la oposición del cabildo, que en su reunión del 24 de enero deja sentado que la venida de las hijas del Cister se ha verificado con notorio escándalo y atrevimiento, perjuicio de la Iglesia, de su autoridad y hacienda, persistiendo el obispo en su pena de excomunión. Tras un largo pleito que obligó a la abadesa a renunciar a la exención de los diezmos, lo que permitió el levantamiento de la excomunión a mediados de junio de 1595.
Toda la estancia de la comunidad en Palencia es un continuo enfrentamiento con el Cabildo que les niega el acceso a la contigua ermita de la Virgen de la Calle, donde las religiosas solicitan tener una reja que permita seguir el oficio divino, cosa que es denegada repetidamente por el Cabildo hasta que en 1770, al producirse la expulsión de la Compañía de Jesús se traslada el culto de la Virgen a la iglesia de San Lorenzo, lo que hace que se adjudique finalmente la ermita a la comunidad de Bernardas
Con la desamortización de Mendizabal, el 23 de noviembre de 1868, por orden gubernativa se produce el cierre del convento. Las once religiosas que en el vivían, se refugian en el convento de las Dominicas, donde permanecen hasta el 20 de marzo de 1872, cuando al no encontrar el estado comprador para el antiguo edificio, vuelven a instalarse las monjas.
Finalmente dado el estado ruinoso de los edificios y la pobreza de la comunidad, finalmente el 14 de septiembre de 1938 se cierra el convento trasladándose las ocho monjas restantes, seis coristas y dos hermanas legas, al monasterio de San Andrés del Arroyo.
No queda nada del convento, permaneciendo la Iglesia de San Bernardo, con una fachada de estilo renacentista, declarada monumento Nacional en el año 1941 (Bibliografía)
La fundación Santa María la real emprendio la restauración de la fachada y las cubiertas de la igelsia a principios del siglo XXI. La estatua de San Bernardo se atribuye a Tomás de Sierra |