Monasterio de Santa María de la Sierra
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La fundación del monasterio se produce tras la reconquista de la zona sur del Duero, no a través de una donación real o de nobles, sino del que fuera el primer obispo de Segovia D. Pedro de Agen. En el año 1133, el 3 de febrero, realiza una concesión de una tercera parte de la heredad que el concejo había otorgado a la iglesia, y confirmada por los reyes, Alfonso I, Doña Urraca, y luego Alfonso VII, situada en Sotosalbos-Collado Hermoso, en la provincia de Segovia, limitando con las tierras de Pedraza. El monasterio tiene dos etapas, una primera benedictina, en la que dependía de su fundador el obispo de Segovia, que era el que nombraba los abades y tenía en el propio monasterio, un palacio. Esta etapa se extiende hasta 1212, cuando la comunidad se une a la regla cisterciense, constituyendose como una filiación directa de Citeaux. Durante toda su vida la característica esencial del monasterio será la pobreza, quedando esta patente en diversos documentos redactados por Fernando IV y Alfonso XI, lo que terminaría por determinar la pérdida de la categoría abacial para convertirse en priorato. A partir de 1480 el monasterio se integra en la reforma de la Congregación Cisterciense de Castilla y recurre al monasterio de Montesión, para hacer ver la crítica situación que atravesaba el monasterio, determinandose como solución, la unión del monasterio al de Sacramenia, lo que se verifico en 1498, mediante bula de Alejandro VI, pasando a ser priorato de Sacramenia e incorporando todos sus bienes a la abadía madre, dejando en el lugar un prior nombrado por el abad y se pudieran mantener el culto y las cargas acostumbradas del priorato. En 1504 el capítulo general celebrado en Sacramenia, se realiza la entrega del monasterio al monje profeso de la orden del Cister Fray Francisco de Valladolid, que debería administrarlo tanto economicamente como espiritualmente de manera vitalicia. En este momento se realiza un inventario de todas las posesiones del monasterio, que demuestra la modestia de las posesiones y riquezas del monasterio. Así fue manteniendose a duras penas el priorato, hasta la desamortización del siglo XIX, que supuso el abandono del lugar y su ruina En la actualidad el monasterio está en ruinas, aunque declaradas monumento nacional
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