Monasterio de Santa María de Matallana
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En un valle situado entre los montes Torozos y La tierra de Campos se sitúan las ruinas del monasterio de Mata llana. El terreno en el que se asentó perteneció a la Orden del Hospital de san Juan de Jerusalén, hasta 1171, año en el que el rey Alfonso VIII permuta los terrenos con los miembros de la orden por otros situados en Alcubilla, posiblemente con la intención de fundar un monasterio en el lugar. Dos años después, el rey concede el terreno a D. Ello Pérez y su mujer Contrarroda, con el encargo de la fundación de un monasterio del Cister. Sin que existen documentos que lo acrediten es de suponer que de manera inmediata se produjera la cesión a los monjes blancos, por lo que la fundación del monasterio se puede datar en noviembre o diciembre de 1173, aunque es posible que los monjes no llegaran al lugar hasta 1174, que ha sido la otra fecha en la que algunos autores fijan la fundación del cenobio. Ello y su mujer piden monjes a Guerrillero abad de La Creerte, de la diócesis de Lona, perteneciente a la línea de Moriondo, que llegan al lugar bajo el gobierno del primer abad del monasterio Cobertor, que rige la casa durante 10 años, siendo sustituido por Siderosis, siendo de su mandato la gran iglesia, cuyas ruinas se pueden contemplar actualmente. En 1228 comienza la fábrica del gran templo, gracias a la donación de la reina Beatríz de Suabia, esposa del rey Fernando, que muere siete años después, continuando y quizás terminando la obra su suegra Berenguela, madre del rey Fernando. E monasterio recibe privilegios y donaciones de Alfonso VIII, Fernando III y su mujer Dª Beatríz en 1223 declarando coto redondo a las posesiones que tenía el monasterio, Sancho III en 1285 a través de Pedro Álvarez, ceden al monasterio los lugares de Tiedra, Villavellid, Pobladura y Castromembibre. El hijo del Infante de Molina, Alfonso y su mujer, Teresa Pérez donan a Matallana los heredamientos de Navillas y Fuente Ungrillo, siendo posible que ambos miembros del matrimonio estén enterrados en el monasterio. En 1515 nuestro monasterio se incorpora a la Congregación Cisterciense de Castilla, iniciando una etapa de prosperidad, comenzando obras de remodelación de los diferentes edificios históricos, iniciándose al tiempo una ampliación de las dependencias monásticas. Entre ellas levantar una cerca, entre 1518 y 1524, que fue sustituida posteriormente por una de piedra a partir de mediados del siglo XVI y concluida en el XVII. A partir del siglo XVI se amplió el monasterio hacia el este , con la construcción de un nuevo claustro, en torno al que se distribuyeron las dependencias de la hospedería. Hacia 1590 se levanta un gran ala rectangular en el lado norte que se destinó a bodega, donde almacenar los caldos procedentes de los grandes viñedos que el monasterio explotaba. La guerra de Independencia produjo una gran convulsión en el monasterio, siendo saqueado por las tropas francesas, ademas de que el decreto de supresión de las órdenes regulares y monásticas de José Bonaparte, obligó a la comunidad a abandonar la clausura, produciéndose la dispersión de los bienes culturales. Tras la victoria contra los franceses los monjes pudieron volver al monasterio en 1814. En 1835 la desamortización del monasterio acaba con su vida y la congregación de Castilla, siendo subastadas las tierras, y dedicando el edificio a un hospital , y posteriormente vendido a la empresa constructora del canal de Castilla que utilizó el monasterio como cantera, quedando el edificio en ruinas. En 1931 se declaran las ruinas monumento histórico artístico, y en 1975 la finca es adquirida por la diputación de Valladolid, actual propietaria.
Plano del monasterio de Matallana
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