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Es la única sala capitular de todos los monasterios leoneses que conserva su estructura original. Abierta al claustro en su corredor este, mediante una portada abocinada con arco de medio punto y triple arquivolta que reposan sobre columnas acodilladas, y dos ventanales situados a ambos lados el de la izquierda simple de medio punto y bigeminado con doble arco de medio punto descansando sobre una única columna central, con capiteles y basas adornados. El interior tiene forma cuadrangular, con cuatro columnas centrales monolíticas formadas por agregados de finas columnillas, que se prolongan en bóvedas de crucería cuatripartita apoyando en los muros con las características ménsulas. Se ha datado sus construcción en el ultimo tercio del siglo XII, y algunos autores consideran obra del mismo taller que trabajó en el monasterio de Sobrado. En cuanto a la decoración de los capiteles en su mayoría son vegetales, siendo la excepción uno situado en la primera columna central de la derecha que reproducen arpías. Diversos enterramientos cubren los muros norte y sur, destacando el primero de la izquierda donde esta sepultado San Florencio. Otras dos ventanas, con arco de medio punto, con discreto derrama interno, sin adornos y situadas en la pared oriental, proporcionan iluminación a la sala . |
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