Monasterio de Santa María de Bonaval
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Situado a poca distancia de la localidad de Retiendas en Guadalajara encontramos las ruinas de este pequeño monasterio, sometido al olvido y al deterioro durante muchos años. Recientemente la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha ha realizado obras de consolidación y ha organizado la visita al monumento, con lo que parece que se ha evitado la desaparición de los restos del monasterio. La fundación del monasterio se debe a Alfonso VIII, que en 1164 dona las tierras para el establecimiento de una comunidad cisterciense que se realiza con monjes procedentes de Valbuena. Con la fundación se pretendía la repoblación de la zona y la defensa ante una posible invasión musulmana en zona que en ese momento era fronteriza. No fue ratificada la donación hasta 1175, cuando el mismo Alfonso VIII, lo hiciera en Fitero, siendo reconocido su derecho como orden cisterciense por el obispo Zenebruno, en cuya carta fundacional cede al abad D. Munio, el llamado sitio de Santa María de Bon Aval, que probablemente hace referencia al origen de los monjes (Vallis Bona) y a las óptimas condiciones que ofrecía el lugar. Poco antes de expedir la carta fundacional se habían fijado las posesiones territoriales del monasterio, añadiéndose numerosas donaciones testamentarias de particulares y nobles de la zona. También se producen donaciones reales como las de Alfonso IX en 1224, Alfonso X en 1253 junto a su mujer Violante, que confirmó todos los privilegios y donaciones de sus antepasados. Fernando III acoge al monasterio bajo su protección concede el permiso para que los dependientes del monasterio puedan pastar en cualquier parte de su reino, y puedan pasar puertos y caminos sin pagar las tasas acostumbradas. Todo esto sería confirmado a su vez por Juan II en 1417 En 1713, al acabar la guerra de Sucesión con la victoria del Borbón Felipe V, se produce de nuevo la confirmación de los bienes y exenciones del monasterio, por parte del nuevo Rey Siempre fue Bonaval un monasterio humilde y ya en el siglo XIII, comienza su decadencia, acompañando la de toda la orden. Cuando se produce el hundimiento de las naves central y lateral de la iglesia, no se reconstruyen, sino que se sustituye la zona por la edificación de las celdas e instalaciones del convento, conservándose únicamente los ábsides para el culto. En el año 1464, se incorpora a la reforma de la Congregación Cisterciense de Castilla, quedando sujeta como priorato al monasterio de Monte Sión, perdiendo el título de Abadía, quedando convertido en una especie de residencia de monjes ancianos. Así llegamos a la desamortización del Trienio Liberal de 1821 y posteriormente la de Mendizabal en 1835. El coto monástico se vende a D. Mateo Pérez, permaneciendo el edificio en propiedad de los monjes que al no poder mantenerlo lo abandonarán siendo adquirida por Juana Ollero, viuda del mentado Mateo, que mantuvieron el recinto hasta que a finales del siglo XIX, se vende por partes a distintos vecinos de Retiendas. En la actualidad la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha ha realizado obras de consolidación y ha abierto el monumento a las visitas, esperemos que esto evite la desaparición total del monasterio. (Bibliografía)
Tomado de tesis doctoral Esther Valiente Ochoa (Bibliografía) |
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